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Foto del escritorConserbici

Primer día.

Actualizado: 20 dic 2017

Finalizado el primer día, José realiza su bitácora diaria, en la que relata:


"Partimos desde el hito Tripartito a las 10:50 hrs., para finalizar nuestro recorrido de 65 kilómetros en el campamento del cuerpo militar del trabajo en Nasahuento, a las 21:20 hrs."


(Antecedente). "Con una altitud de 3.945 m.s.n.m., viajamos desde Nasahuento hacia Visviri con la ayuda del cuerpo militar del trabajo. Al llegar a la aduana, no nos permitieron el paso, por lo contactamos con la tenencia de Visviri, y ellos se ofrecieron cordialmente a llevarnos hacia el hito Tripartito (15 km al norte de Visviri) para comenzar nuestra travesía. Durante los domingos, se realizan ferias de intercambio entre culturas locales, principalemente aymaras. Luego de avanzar hacia el sur, a Nicolás se le cayó la radio producto de la calamina y, posteriormente, sufrió de un mal de altura, que se le pasó cuando decidimos descansar. Al llegar de vuelta a la tenencia, hicimos aviso de que todo estaba bien y seguimos nuestro camino hacia Nasahuento, alrededor de las 14:00 hrs. En ese momento, nos llegó un calor insoportable, que lo siguió con el invierno altiplánico, con tormenta eléctrica y mucha lluvia y viento en contra. Sumado a esto, el camino tenía muchas cuestas no muy pronunciadas, y la altitud de cada cuesta de más 4.000 m.s.n.m. nos hizo cansarnos mucho más rápido, por lo que mi pulso subió mucho y quemamos casi 6.000 calorías. Cuando llegamos de vuelta al campamento del CMT, Fernando Estay nos hizo un checkeo médico y nos abasteció de comida y alojo por esta noche. De fauna hay camélidos como alpacas, guanacos, vicuñas (que son más esquivas), además de suris (semejantes al ñandú, pero más pequeños), y estas especies viven en bofedales debido a su vasta cantidad de nutrientes, y por el camino vimos innumerables estancias de camélidos. También hay vizcachas y taguas. De inicio a término nos demoramos 10 horas, con un promedio de 6,5 km/h"


José termina agradeciendo a Fernando y a su hija y compañera de nosotros, Fernanda Estay, que hasta ahora nos han ayudado más que mucho en la patada inicial del camino.


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