11 de enero del 2018.
Nicolás: "Nos levantamos a las 11:00, desayunamos más tarde almorzamos donde estábamos a las 14:30. Mi tía nos entregó las poleras definitivas de Conserbici.
Salimos a las 17:30 camino a Curicó, y pasamos por Chimbarongo, donde vimos los puestos de artesanos de mimbre y otros comerciantes.
Allí, aprovechamos de tomarnos un mote con huesillo, y conversamos con Juan Carlos Vera, un artesano que llevaba más de 40 años trabajando con el mimbre.
Nos contaba que él en un comienzo trabajaba en su casa haciendo toda su artesanía, y esta la vendía ahí mismo, pero no tenía muchos ingresos, y con el tiempo las personas fueron desvalorarizando su trabajo, ya que toda la artesanía con el mimbre se empezó a comercializar. Esto provocó que haya una baja en su precio, porque las personas se fijan en lo estético más que en los detalles que personas como Juan Carlos se preocupaban. Él sí se preocupa por las terminaciones, los detalles que hacen de la artesanía un arte rentable y de mucha dedicación.
Nos relataba que las entidades públicas del sector deberían preocuparse más en fomentar un turismo que implique el lindo trabajo que es la artesanía con el mimbre, porque muchos artesanos de su experiencia ya no seguían trabajando; Artesanos de su edad activos en el rubro quedan cerca de 20, y los hijos de ellos, e incluso sus propios hijos, no seguirán en esta tradición, porque preferían que ellos estudiaran y trabajaran en algo que les sea mucho más rentable, y también las mismas nuevas generaciones no mostraban tanto interés porque tampoco veían a sus padres o familiares tan motivados en el tema.
Por último, nos contaba que él, junto a una agrupación de artesanos, fueron a Polonia a un "Mundial del mimbre", donde en Universidades se practicaba el arte del mimbre, y quedaron asombrados de la dedicación que le dan a esta materia. Nos dijo que ganaron una categoría de la competición.
Allá en Polonia se fomenta ese tipo de cosas, se enseña a trabajar el mimbre, mientras que aquí el mimbre sólo existe como una parte del turismo, sin mayor interés.
Al final del día, llegamos y nos acogieron en el retén de Curicó con ducha, agua y cama, por lo que quedamos muy agradecidos".
Comentários